lunes, enero 22, 2007

El libro de Amy y Alahim


“Pronto llegará el día
en que veremos a los jóvenes amantes
cantando por las calles
delirantes de gozo y felicidad
porque han conocido el Verdadero Amor”.

A manera de Prólogo

Digamos Si, al amor.

Mensaje para el lector de Amy y Alahim


Queridos amigos y amigas:

Queremos entregarles esta experiencia a todos ustedes, especialmente a aquellos que han creído plantar flores en el desierto, a los que no conocen el amor verdadero, o desconocen su significado.

Les hablo en nombre de Amelia y Alejandro, una pareja que decidió decir “sí, al amor”, que quiso tener fe en el ser humano, recuperando la esperanza en la esencia de la vida, de alcanzar la felicidad vital, la alegría plena, la sustancia divina del ser.

Para nosotros es importante mostrarles el significado del amor, pero no de un amor cualquiera, sino de un amor tal y como fue concebido por el hacedor Divino y que fue encarnado por el Maestro Jesús, el Mesías, con su maravillosa fuerza vital, pero que desafortunadamente hoy la hemos olvidado. Como seres que amamos tenemos la obligación de mostrarles nuestros corazones descubriéndose a través de un proceso que hemos vivido como un milagro, como un regalo que queremos compartir con ustedes.

Hoy estamos despertando a una nueva era, matizada por la creación, el redescubrimiento y rescate de valores que creímos perdidos para siempre, que creímos pertenecientes a un pasado imposible de revivir, pero estos valores enmarcados en un nuevo contexto, adecuados a los avances de nuestra época han mostrado un brillo inusitado, y se han convertido en una verdad inobjetable, y los estamos atesorando con la determinación de no volverlos a perder a causa de la ausencia de una cultura del amor, de la falta de una cultura de paz, del acelerado desarrollo técnico-científico o de la ignorancia. Porque hoy tenemos una nueva conciencia de esos valores y sabemos lo que nos ha costado, tanto su perdida como su recuperación. La Luz del amor esta con nosotros y con ella una fuerza poderosa que nos permite ver y sentir nuestra unidad e identificarnos como hijos de Dios, como hermanos, como prójimos, como amantes, como esposos.

Es eso lo que queremos mostrarles invitándolos y conduciéndolos junto con nosotros a vivir y compartir está deliciosa aventura de amor. Por eso y para eso ha nacido Amelia, para amar y dar a conocer su historia de amor a la mujer..., al joven..., al hombre de hoy y, esto es lo que desea Alejandro ser y estar en la historia de su amada para quien fue predestinado.

Esperamos, que si piensan que esto es pura charlatanería o sentimentalismo cursi, tengan el chance, la oportunidad de despojarse de esa ceguera y vean y experimenten en sus propias vidas la belleza, el esplendor y la divinidad de algo jamás antes vivido, que sin que nos cueste nada que no podamos pagar, podemos disfrutar para siempre. Solo ustedes mismos después de conocer lo que es el amor verdadero, podrán decirle al mundo entero que esta es la cosa más preciosa que el ser humano puede llegar a poseer. Que Dios les bendiga.

Allahim Lóor


Queridísimos amigos:

Aunque yo, Amelia, no les conozca, sé que ustedes son gente sencilla nacidas para el bien. En nombre mío y de Alejandro deseo decirles que tenemos algo hermoso para dar a ustedes, esto que se expande en nuestro interior y que hoy, como un secreto a viva voz les queremos confiar...

“Nacer de nuevo... si nacer de nuevo sólo tenía un significado... un único y gran significado: Volver a amar... pero no con ese amor efímero, que pasa como una ráfaga de luz, no con ese amor que de repente deja de ser, sino con aquel, capaz de romper con todo, con ese amor que traspasa barreras, que borra cualquier dolor, por muy profundo que este sea...

Con un amor capaz de transformarnos a pesar de nuestras heridas, de nuestra ignorancia, de nuestra cultura, de nuestra inmadurez..., de hacernos sentir una potencialidad para vivir jamás soñada, un poder para dar de nosotros lo mejor, lo más sentido, lo más intimo, lo más precioso... Volver a amar con ese amor sencillo, mas al mismo tiempo tan grandioso en su existir... esa era y es nuestra meta...

Amar y ser capaces de soportar el tiempo y la distancia, que las circunstancias ofrecían... siendo valientes ante los avatares de la vida y mostrándonos incólumes... invulnerables ante el sufrimiento y las dudas... con la firme certeza de que Dios era el centro de ese amor, que se gestaba en nuestros corazones.... de que Dios era el maestro y hacedor de ese amor, de un amor creado por Él para la humanidad... amor verdadero... palpable... puro... vivo... inmutable.

La historia de este amor es nuestra... es también de ustedes, es la historia de Alahim y Amy, dos seres humanos comunes y corrientes que un día llegaron a conocerse... y fue como si fuera la primera mujer y su hombre... como si fuera el primer día del mundo...

Amelia Fernández Rovira