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Con cada uno de tus mensajesalgo de ti le llegabatu forma de ver el mundotu manera de amarcon cada palabra tuyale ibas llenando con tu vozresonantetu aromatus susurrostu respirarprimero tu nombredespués tu perfila nombre de katecon el que te anunciabasbuscando un amigode amistad sin límitesque te descubriera su pechoque no te dijera frases huecasy poco a poco, con tientoir reconociéndoleluego apareciste ante sus ojosrodeada de niñosbañándote en una albercay el amor ya merodeabaen tu verdadero nombreamy, amante de la poesíade aquella tierra lejanaempezaron a intercambiarpuntos de vistaanécdotas de la infanciao de la adolescenciahistorias realesa declararse aficionesy luego encontrarteque eras filóloga y poetaa no querer dejar pasar un díasin revisar su buzón de correodonde depositabas tu presenciatus vibracionesy tus sueños de mujeremergiendo de tus intersticiosy le fuiste dejando claroque su ser resonaba con el tuyotodos los días ya se le hizocotidianoque al caer la tarde el ecode tu llamado le invadíae iba al ciber a buscartu correspondenciao a entablar una charlaque lo dejara con el corazón humeanteal ocultarse el solte presiente en las sombrasy se prepara a recibirtealejándose de lo habitual mundanoque le incomoday se queda solo con la esperanzade encontrarse contigoy entonces yo les puedo vertransmitirse las sensacionesque les asaltan a vecesen el páramo de los silenciosde la piel devorada por los deseossacudida por unas ganas atrocesde tenerse el uno al otro. 27 de febrero de 2005
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Voz de él:
Desde aquel entonces
yo quería asomarme
a la profundidad de tus ojos.
Y mirar de donde nacen tus múltiples matices
tus sentimientos, tu ternura, tu amor.
Voz de ella:
¿Querías conocerme?
Bien sabes que yo misma alígero mi paso para ir a tu encuentro:
Yo que me muero de sueños imposibles y mi despertar es incierto.
Voz de él:
¿Cuándo iluminarás mi corazón?
Descansa mi niña, esperaré, aún en la más sinuosa desesperación
que tu rostro se ilumine de certidumbre
Pues busca mi alma en tus ojos, simplemente sueños, lluvias y cielos.
Más allá de la invisible vislumbre buscan mis ojos el canto de tu alma
Voz al unísono:
Somos dos que se hablan
sin palparse, sin oírse, sin mirarse,
sin ilusiones. Que se aman
sin tiempos, sin fronteras, sin distancias
En la alegría y la búsqueda profundamente
profunda de sus escogidos corazones.
Voz de ella:
Tengo en mi alma el incesante palpitar
de la galopante agonía del siglo
El íntimo deseo de verte cara a cara
y aún tú no llegas.
Voz de él:
Inmensamente lejos, extrañándote
agonizo de soledad y amargura. Cae, cae el siglo.
Férrea es la distancia que nos separa
Y aún no te veo.
Voz de ella:
Pero, volverás a verme amigo.
Volveremos a encontramos y me verás
en la lucidez de este presente.
Duerme, duérmete mi niño que la brisa suave de mis ojos ya te acaricia.
Voz final:
Tal vez en un suave y tardío suspiro nuestros ojos,
(Aquí en este mundo tuyo de ardoroso coraje),
traslucirán nuestras imágenes fundidas en el gozo futuro de poseernos.
En la más dulce, detallada y transparente plenitud,
en el puro, límpido y reservado crisol
de nuestro definitivo despertar al amor.
Managua, febrero -99
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En el espaciode una ensombrecida tardemire su fotode niña despreocupadasentada en el suelojunto al cachorro de pastorahora ella está en la retrateraencima del monitor de mi PCcon su mirada contemplativaque me atraey rompe un instanteel giro de mis pensamientosque es ahorauna vibración resignadade su recuerdohundiéndoseen un enjambre de instantáneasque rápidamente se esfumanEntonces tenlo presenteeso lo sabespero no eres capazde enterarteque aun no te he puesto lápidaaun cuandohe perdido yatodo afán de alcanzartepues adivinoque hay un muro de oleajescuyos susurros parecen reprochesy que cualquier díapodría ser ciertoestés bañándote en las playasde un mar extrañoque parece de plataa la luz de la lunaolvidada de tus recuerdosque son sólo un borrón másun eclipseen el silencio mal esperadocomo un puñal de sueñoque me colocafuera del orbe de tu mundolejana y ausentede toda esta realidadque nunca fue tuyaque nunca quisiste reconocerque era otro mundilloque era otro murmulloen el caminocuando sepas que ha desaparecidotoda posibilidad de encontrarmeno se siquiera hacia donde mirasni lo que ves en realidadpero algo te va a recordara la luz de esa lunaque eres madreque antes fuiste hijaque no supo descifrarque había un gozoque se quedabaen los anillos de saturnoflotando en el espacioal que ya no te puedes acercarporque tu infancia lejanase quedó sentadaen esa fotodonde no sentirásla llegada del verdugoa la horaque me sorprendao que quieras comprenderloya estaré caminandocontra el fondodel eclipse.
04 de marzo de 2005